"Queridas Bibliotecarias, guardianes del templo, es una gran ventaja que todos los títulos del mundo hayan encontrado su alveolo en la perfecta organización de sus memorias (¿cómo me reencontraría yo sin ustedes, yo, cuya memoria parece un solar baldío?), es prodigioso que estén al corriente de todas las temáticas ordenadas en las estanterías que les competen... pero qué bueno sería, también, oírlas contar sus novelas preferidas a los visitantes perdidos en el bosque de las lecturas posibles... ¡Qué bello sería que les ofrecieran sus mejores recuerdos de lectura! Sean contadoras - magas - y los libros saltarán directamente de sus entrepaños a las manos del lector."
Si tienen la posibilidad de leer este libro, se los recomiendo, al igual que a todos los profesores, les será de mucha utilidad.